Cristo proclama, en su Evangelio: “Yo no he venido a abolir, sino a cumplir” (Mat 5, 17)indicando así cómo la Nueva Alianza, que El inaugura, tiene por fundamento la Primera Alianza, la contenida en la Ley y en los Profetas hasta llegar a El. Ya que la Ley y los Profetas anunciaban en Israel la venida del Mesías Salvador y preparando así al pueblo elegido a reconerle cuando viniese.
Cristo Jesús, el Mesías, se encuentra en el centro de las Sagradas Escrituras, ya que El es a la vez sobre quien se cumplen las Promesas anunciadas al pueglo elegido en la Primera Alianza y con quien comienza la Nueva Alianza con Israel sellada con su Encarnación mesiánica. Tal como dice ese viejo adagio, según la admirable fórmula de San Agustín, el Nuevo Testamento se esconde en el Antiguo, mientras que el Antiguo se descubre en el Nuevo:
“El Nuevo se esconde en el antiguo y en el Nuevo el Antiguo se revela” (San Agustín, Hept. 2, 73: PL 34, 623)