1. A Abraham, a menudo, se le presenta como padre común de las tres religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo, islamismo). Esta idea no aparece en la Biblia, es una idea de origen musulmán. Es necesario para nosotros pensarla un poco antes de acreditarla como si fuera una evidencia. Ahora bien, las diferencias no son insignificantes entre el monoteísmo bíblico en el que Dios establece una alianza y el monoteísmo del Corán en el que no hay ninguna historia de alianza y, sin ella, no hay mediación posible, en consecuencia, tampoco oración con María. Este primer punto es importante para hablar de “María en el Islam”.
2. El hecho que el Islam haya rechazado a Cristo cambia la mirada sobre María. El “Jesús” de los cristianos en el Corán se convirtió en “Issa”. Jesús significa “él salva”, ahora bien, para los musulmanes Jesús no salva. El Corán usa un nombre parecido, “Issa”, pero éste ya no significa “él salva”. María no es, pues, venerada como Madre de Dios, ni como Madre del Redentor. Este es el segundo aspecto importante.
3. El análisis muy preciso de la sura 19 muestra grandes diferencias con la Anunciación según el Evangelio. Además, en ciertos pasajes del Corán, María se confunde con la hermana (Myriam) de Moisés y Aarón, quien vivió en el siglo XIII, antes de Cristo. También es necesario estudiar muy atentamente un cierto número de otras cosas antes de declarar que en este sentido existen puntos comunes.
4. María como modelo de pureza, como modelo de piedad, es lo que debería unir a cristianos y musulmanes… Estas son virtudes humanas capaces de unir a todos los hombres. ¿Pero tienen estas palabras para ellos el sentido que tienen para los cristianos? En el islam ¿no se tratará de la pureza de las jóvenes antes del matrimonio y de la piedad sumisa a la perspectiva muy particular del Corán?
5. Dicho esto, vemos que María es conocida y respetada - incluso, a veces, rezada – por muchos musulmanes.
María irradia paz y dulzura. El rostro luminoso y virtuoso de la Santísima Virgen María atrae a los hombres de buena voluntad, cualquiera sea su religión, incluso musulmanes.
Se debe, pues, considerar varios matices y paradojas…
En la práctica algunos musulmanes cantarán el Ave María con los cristianos, mientras otros rompen las imágenes de la Virgen y condenan a muerte a los cristianos. (Véase los “videos” al pie de esta página).
Nada es simple. El objetivo de este capítulo es enseñar a observar y reflexionar, a tener en cuenta los matices, a sabiendas de que no hay magisterio que confiera una unidad precisa a los musulmanes del mundo.