Siglo XIV: "el monasterio de mi madre"
Las revelaciones de Santa Brígida (1303-1373) constituyen una verdadera historia de María. En 1370 Brígida fundó una orden masculina y femenina en Vadstena. Jesús, y de acuerdo con las Revelaciones, llama al monasterio de Vadstena "el monasterio de mi Madre" [1].
La abadesa leía cada día un pensamiento mariano, por ejemplo, "la conversación de los humildes me agradaba mucho y yo no quería regocijarme externamente de cualquier privilegio, porque tenía muy a pecho todo lo relacionado con la humildad." [ 2]
El himno favorito de Brígida era el Ave Maris Stella.
La iglesia abacial de Vadstena pronto se convirtió en el santuario más grande de Suecia y las "Revelaciones" eran conocidas y apreciadoas en toda la Europa cristiana. La orden de Brígida, aunque enclaustrada, despertó una intensa floración espiritual, mística y mariana.
Siglo XVI: la reforma y el eclipse del monasterio
El rey Gustavo I Vasa (1495-1560) introdujo el protestantismo en Suecia, y todo esto fue sofocado.
Siglo XX: el renacimiento y el ecumenismo
Madre Elisabeth Esselblad (1870-1957), revivió la orden de Brígida. Convertida al catolicismo en 1902, ayudó a crear una nueva mentalidad luterana para el catolicismo y el culto mariano. Los conventos en Estocolmo y Vadstena se convirtieron en centros ecuménicos de importancia nacional.
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[1] Brigitte, Revelaciones X, 4
[2] Brigitte, Revelations, VII, 21
Attilio GALLI, Madre della Chiesa dei Cinque continenti, Ed. Segno, Udine, 1997, p. 315- 347