En México se encuentra el Santuario mariano más frecuentado del mundo: Nuestra Señora de Guadalupe, “Patrona Celestial de toda América Latina y de las Filipinas”.
La piedad del pueblo mexicano hacia la Virgen María data de los orígenes mismos de la Conquista española de América. Los misioneros franciscanos son los primeros que evangelizaron esa parte del continente americano. Luego llegarían los Dominicos, los Agustinos, los Jesuitas, los Carmelitas, los Mercedarios, y numerosas Congregaciones marianas más recientes, tales como la Congregación de la Misión que introdujo allí la devoción a la Medalla Milagrosa.
Actualmente, la devoción a María es tan fuerte en México que no hay Diócesis o ciudad importante que no tenga al menos un Santuario dedicado a la Madre de Dios. Se puede observar que la Virgen es allí venerada bajo 200 advocaciones diferentes, algunas de renombre universal.
Pero la más brillante de todas las advocaciones y Santuarios es sin duda la de Nuestra Señora de Guadalupe, en las afueras de México, la Capital del país. La influencia de esta devoción a María permitió la evangelización de México.
Hay, sin embargo, en el resto de México, muchos otros santuarios dedicados a la Virgen María que son lugares de peregrinación importantes en el país.
- Nuestra Señora de la Villa, patrona de la Diócesis de Querétaro, cuya peregrinación dura 8 horas, el Obispo marcha a la cabeza de su diócesis hasta los pies de la Virgen de la Villa.
- Nuestra Señora de Rapopame, Estado de Jalisco, muy venerada en la ciudad de Guadalajara; al de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, Estado de Jalisco, llegan peregrinos de todo México.
En realidad, la evangelización en México se ha realizado gracias a la devoción por la Santísima Virgen María.