El culto mariano fue introducido en Nicaragua en 1522 por el explorador Gil González de Ávila, que amaba y enseñaba a amar a la Virgen María. Los nativos experimentaron el poder de su intercesión cuando fueron curados de sus enfermedades. Los misioneros del siglo XVI transmitieron el rosario y el amor de la Inmaculada Concepción. Entonces estaba en boga que dos personas que se encontraran se saludaran así: "Salve, Virgen purísima" y el otro respondía " sin pecado concebida".
En la década de 1980, la lucha sandinista contra la Iglesia Católica y la primera visita del Papa Juan Pablo II en 1983 enfrentaron un fuerte desafío. Pero el país avanzaba hacia la paz.
La Inmaculada Concepción, cuya devoción nació en la ciudad de El Viejo, en Chinandega (al oeste del país), es la patrona de Nicaragua desde hace varios siglos. Y recientemente, el 28 de abril de 2018, la Iglesia Católica de Nicaragua ha consagrado toda la nación a la Santa Virgen María.
Este día fue además un día de alegría para el país ya que este feliz evento tuvo lugar en un momento crucial para la paz en Nicaragua.