El Cobre: Nuestra Señora de la Caridad

El santuario remonta al siglo XVII. El Cobre está situado en una altura, 16km al oeste de Santiago de Cuba.

Origen (1)

Según una tradición, el comandante español, Alonso de Ojeda, se encontraba en peligro en el mar Caribe, llevando consigo una estatua de la Virgen con el niño, hizo voto de construirle una capilla si escapaba al naufragio. Cuando llegó a Cuba cumplió su promesa en El Cobre.

Según otra tradición, fueron tres hombres, dos indios y un negro los que perdidos en el mar durante una tempestad, vieron flotar sobre el agua una estatua con la inscripción al pie: « Yo soy la Virgen de la Caridad.»

Esta inscripción parece verdadera ya que los españoles cuando estaban en peligro, lanzaban los objetos sagrados al mar para evitar que los piratas los profanaran.

Una tercera versión de los hechos cuenta que la estatua sería encontrada en el agua por unos obreros de las salinas, (marais salans) y que el manto de la Virgen no estaba mojado... Los hombres regresaron llenos de alegría a la costa.

Patrona de Cuba

El Cobre fue el primer lugar de Cuba donde los esclavos conquistaron su libertad. (3) El primer acto de Cuba libre se dio en 1898 cuando las tropas del general Calixto García se prosternaron a los pies de la «Virgen de la Caridad» en la Misa solemne por la «Declaración mambisa de la independencia del pueblo cubano ». (3)

El10 de mayo de 1916, al final de la guerra de la independencia nacional Nuestra Señora de la Caridad fue proclamada patrona de Cuba. Y durante el año 1952, fue llevada de una ciudad a otra. (1)

Salve, salve, delicia del Cielo,

Virgen pura, belleza suprema;

Salve, excelente patrona de Cuba,

Madre plena de caridad. [...]

Cuando las lágrimas eran el pan de tus hijos,

Y cuando su existencia era una terrible angustia,

Tú eras, oh dulce Madre, la Estrella,

Que anunciabas la aurora de Paz. » (2)

Nuestra Señora de la Caridad de El Cobre tiene también un santuario en Miami. (1)

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(1) Attilio GALLI, Madre della Chiesa dei Cinque continenti, Ed. Segno, Udine, 1997, p. 929-934

(2) B.H. Toledo, La Vergine del Cobre, in Madre di Dio, n° 6; Giunio 1975, p. 33.

(3) Juan Pablo II, homilía del 24 de enero de 1998.